27 de Julio 2004

El "Codigo Da Vinci" es más malo que un dolor

Hace una semana que me compré varios libros en los que tenía interés, entre ellos el tan comentado "Código Da Vinci" Soy curiosa y soy periodista, en este orden y si se quiere, a la vez. "Bueno, vamos a leerlo.." No es la primera vez que me acerco a algo que habla de sociedades secretas ni de templarios, ni de el Santo Grial, ni de fábulas noveladas sobre él (Ay.. ¿Quien se acuerda ya de Peter Berling?).
Es más, el primero que me habló y me acercó a todo esto fue mi tío materno, el que me puso en mis manos una rara edición de algunos evangelios apócrifos cuando yo tenía sólo unos diecialgo años.. El mismo que trajo una noche de verano un telescopio gigantesco y me enseñó a mirar el cielo con nombres y con situaciones desde la azotea de la casa de verano de mis padres en el Aljarafe sevillano. Mi tío materno es médico y aunque es una persona de formación estrictamente científica; como muchos, paradógicamente en ese caso, tiene una cierta tendencia a lo heterodoxo.
Por otro lado amo la literatura desde que poco después de aprender a leer, una fiebres reumáticas me tuvieran casi un año condenada a no salir de la cama sino sólo para ir al baño. Yo tenía una vecina maestra de escuela y, creía entonces, que solterona. (Luego me enteré que era madre soltera inconfesa). Ella me trajo dos libros: "Los cuentos de los hermanos Grimn" y "Las aventuras de Tom Sawyer" de Mark Twain. Durante meses fueron mi único mundo, ellos y mis viajes al baño, eran toda mi actividad mientra fuí una paralítica funcional por una afección que creo que hoy en día está superada. Tenía entonces siete u ocho años...
Regresando a este verano, quise compartir lo que todos disfrutaban. Así que me dispuse a empezar el "Código Da Vinci" sobre las arenas de Conil de la Frontera, provincia de Cádiz. Y allí, sobre esa misma arena, empecé los que creí que podría ser cuando menos un buen gúión de cine tal como me habían contado. Y estaba simpático... hasta que el autor me describió al personaje como un cuarentón que se podría identificar con Harrison Ford, hombre del que sabemos que hace muchos años que dejó atrás los cuarenta. Y me pregunté: ¿Todo lo que me va a explicar sobre la simbología y el paganismo reconvertido por la iglesia va a tener la misma presición?. Ojala hubiera sido sólo las tesis de lo que estuviera descontenta. La trama estaba siempre rozando lo inverosímil. Los personajes llegaban acuciados por una persecución a un banco y le pedía a una banquero, (¡ A un banquero!) su ayuda "desinteresada"... Por supuesto eran traicionados. Hay un mayordomo inglés que no tarda más de un capítulo en traicionarles. ¿Habrá mayor tópico? Si todo el mundo sabe que tratándose de ingleses, el malo siempre es el mayordomo. Pero continué.. y cuando ya no pude más es cuando aparece un texto según el libro en principio indescifrable y a que a simple vista a mi me pareció sólo un texto de caligrafía invertida. (Sólo había que observar la "y" griega", era fácil). Me voy al baño, compruebo que estoy en lo cierto y sigo leyendo. Dos especialistas en simbología y criptología y una agente de policía científica se tiran cuatro páginas para dislucidar si será una lengua arcaíca o un criptograma. Cuando llegaron a la conclusión de que era caligrafía invertida, tiré el libro y pensé: "me estan tomando por imbécil como lectora".
Es posible que alguien piense que estoy tirando el rollo de que veo mensajes cifrado a simple vista o que yo solo leo literatura elevada. Si fuera así no estaría escribiendo esto en este blog, porque el que lo lee no me conoce, y si por literatura elevada entendeis a Henry Miller, pues entonces, puede que si, que ese sea mi estilo. Lo que siento es necesidad de gritarle al mundo ¿Que está pasando que nos fascina esta mierda de libro? Todo lo que explica sobre el Santo Grial y el Priorato de Sión lleva varios años publicado. (Se puede buscar en el Google). Y lo que más me preocupa es que se tome como objeto publicitario uno de los hombres mas inteligentes y más rigurosos que nunca existieron en Occidente. Lo que más me duele y mi indigna es que el preclaro Leonardo, un hombre que nos invitaba a inspirarnos en las manchas de humedad de la pared , pero que sabía lo mismo como se costruía un edificio que como se creaba un artilugio para volar, quede para los devoradores de betseller como una mente entregada al secretismo. ¡Por Dios!

Escrito por La caminante a las 1:42 AM | Comentarios (109)

20 de Julio 2004

Verano urbano

De nuevo trabajo todo el verano. Hace cuatro o cinco años... ??? (he perdido la cuenta), a ver.. verano del 99.. este es el del 2004...Hace cinco años, exacto, hace cinco años no tuve vacaciones. Fué el verano en el que me separé. Necesitaba el dinero y pedí en mi empresa un contrato de verano. Entonces no era fija, era una contratada por obra. y pegué una obra con otra.
Aquel fue un verano feliz. Entonces se celebraban los Mundiales de Atletismo en Sevilla, aquellos en el que se colaron los pro etarras vestidos de peluche a mi Carlitos Herrera en la ceremonia de inauguración. Aquella noche estaba yo convalesciente de una jaqueca tensional en el apartamento de lujo que yo misma le había buscado a mi ex en nuestro propio barrio para que iniciara su reciente soltería. En aquellos entonces, en aras del mutuo acuerdo, el me prestó el apartamento que yo le busqué para alquilar mientra yo terminaba la mudanza en el piso que yo me busqué para comprar. El se fué a alguna playa con nuestra hija a olvidarme y yo me metí en su casa a terminar de alejarme de él. (ahora que lo pienso, yo tenía muy poca verguenza. Ahora lo siento..). Recuerdo aquella noche, la noche de una mañana el que yo había acabado paseando como un tigre por los pasillos de la empresa porque todo el estrés de quel momento de mi vida se alojó encima de una ceja, no recuerdo ahora si la derecha o la izquierda, pero una de las dos era, con la forma de una neuralgia aguda que el médico de la empresa remedió con una inyección de nolotil mezclado con valium y la recomendación de pasarme todo un fin de semana sin conducir, puesto que me había drogado literalmente para 48 horas. Ahora deduzco que era viernes, y dormí desde la una del mediodía hasta las nueve de la noche, de la noche de la inauguración de los Mundiales de Atletismo. Me depertó a las nueve el timbre del apartamento de marmol aclimatado, porque yo tenía y tengo un ex de nivel.... Eran mi hermana y su novio con litronas y el encargo de mi madre de que fueran a hacerme compañía. Que tontería pero aquella noche aclimatada, acarajotada, alitronada, atléticay saboteada, televisiva y nebulosa la recuerdo como algo muy divertido. Los tres delante del televisor, con tanto marmol, alucinando a causa de aquella inauguración y distintas sustancias....
Recuerdo, ese mismo verano que alguna tarde fui con mi reciente entonces ex a ver una secuela de "La guerra de las galaxias" y al salir del multicines, estaban los maratonianos del Mundial por las calles. Yo les gritaba sin recato palabras de ánimo que no entenderían porque eran de distintas nacionalidades y les jaleaba en el andaluz más coloquial . Esa fué, aquella tarde de verano urbano, el último momento que compartí con el padre de mi hija antes de que decidiera odiarme, hasta hoy...
El resto de aquel verano consistía en cajas de cartón repletas de libros que colocaba en las estanterías de mi piso recién comprado, semáforos vacíos por la mañana camino del trabajo y retumbar de las suelas en el pavimento de la calle cuando iba por la tarde a la única ferretería que no cerraba por vacaciones en busca de alcayatas. Fué un verano de más recuerdos, porque hay cosas que ocurren cuando menos las presupuestas, pero de ellas, ahora no quiero hablar...

Escrito por La caminante a las 12:59 AM | Comentarios (1)

14 de Julio 2004

El futuro

Hoy quiero hablar del futuro. Me apetece, ya que me está siempre acosando...
No voy a escribir sobre el futuro como para pasar a él con palabras que me garanticen posteridad , entre otras cosas porque no creo que pueda. Escribir por ejempo:
El futuro es el reverso de la hoja,
el próximo escalón, la línea del horizonte..
Yo tengo otro estilo para codearme con el futuro.
Ël no es siempre el mismo interlocutor.En la infancia era toda una puerta, la mayoría de las fechas estaban teñidas de futuro. Una se encaraba ante los recuentos del tiempo con las manos en jarra y delante de tanta fiesta de guardar y tanto examen de recuperación, le levantaba la barbilla al calendario.. ¿como se la levantaba..! Una semana era suficiente para recomenzar: ¡A mi los días...! Cuando el tiempo era lento, yo aprendí a creer en las oportunidades.
Luego el tiempo se atascó un poco, y no era su culpa, pobre.. Es que hay una etapa que nos aficionamos a los puertos y a los tiempos muertos. Es ahí donde cabe la crisis.
¿Qué sería del tiempo y el futuro sin una de ellas? No quieras preguntárselo, que te morderan con una buena , a destiempo o nó, pero con una.. Me consta que son especialistas.
Luego, hay idilio. El tiempo se sabe contar y el futuro apreciar. Te sorprende todo esto más débil y más cansado, pero más consciente. Es entonces cuando el futuro adopta sus armas de seducción y te dice que aún tienes una oportunidad y el tiempo se muestra como una amante ofrecida, con una buena profusión de secretos...
Entonces, sólo entonces, depende de tí, no de tu edad biológica, ni de tu éxito, ni de tu aspecto, ni de tu nivel, sino de tus santas ganas.
Y es cuando yo retomo mi master de barbillas alzadas y brazos en jarra, y me dirijo hacia el calendario.

Escrito por La caminante a las 1:23 AM | Comentarios (2)

6 de Julio 2004

Las aspas de mi ventilador

Hoy podría hablar de muchas cosas. Hoy y ayer y me apuesto que mañana...
Pero una es así y sólo quiere hablar del sonido que hace las aspas de su ventilador.
Me encantan como suenan. Es un ventilador de techo que me compré el verano pasado en una gran superficie en plena ola de calor. Allí que fuí sin pedir ofertas sino aspas, muchas aspas, como una loca. El vendedor, hipnotizador de agosto, me vendió cuatro aspas apostando por su vigor y ellas canturrean desde el techo de mi cuarto dispuestas desde hace un año. "Darra, darra, darra "Algo así hacen...
Me encantan los ambientes. Creo tanto en los ambientes como en los argumentos, sin menoscabo el uno del otro. (He visto mucho cine en blanco y negro, mucho cine de los 50...) Por ejemplo, me fascina lo urbano. Sé que no satisfago a ecologistas ni místicos, pero me encanta un neón, y una barra de bar nocturno repletas de perdedores y humo, y un piano tocado por el mayor de los perdedores, y el agua que se refleja en el asfalto si llueve de noche, devolviendo un puñado de destellos para desorientados. y el jazz...
Acabo de buscar jazz entre mis archivos y sin embargo me he topado con una samba, "La samba de verao" por Bebel Gilberto y Ana Caram. Posiblemente las aspas de mi ventilador, la luz parpadeante de mi ordenador en la oscuridad de mi cuarto y la tempereratura tormentosa y espesa de estos agresivos veranos sevillanos han decidido por mí. Y es que es eso lo bueno que tiene el ambiente, no es que te lleve, es que te explica. Va siempre por delante de ti. Creemos firmemente en el libre albedrío y no es que sea mentira, es que no sabemos interpretarlo. Que no sabemos a qué llamamamos albedrío y a qué destino, eso pienso bajo las aspas de mi ventilador. Igual que me pregunto cuál es la diferencia que establecemos por lo general entre libertad y poder.
Hay una teoría a la que le doy vuelta desde hace algún tiempo: la de la fascinación de la soledad.
Para ello hago siempre un trabajo de campo; le expongo a mis contertulios estas dos situaciones:

Caso 1- Nochevieja en una gran ciudad. El individuo 1 está en un local donde acaba de dar cuenta de un exuberante menú. Tiene una mujer muy bella su lado, pertrechada de lentejuelas y se encuentra rodeado de personas que le demuestran complicidad y simpatía. Se demuestra eufórico y pleno. Suena los tapones del champagne y la orquesta... Espera la inminente hora del fin de año.

Caso 2- Nochevieja en la habitación de un hotel de carretera. La luz de neón entra por la ventana e ilumina intermetente una silueta. La del individuo 2 que toma una copa de un licor seco en el único sillón de la habitación mientra se inclina hacia la ventana, sintiendo entre las persianas entreabiertas "el ruído de camiones al pasar" . El retumbar de los cristales y el susurro del neón es su única orquesta. Espera que se año se acabe por fín

¿De quién quieres saber la historia? Individuo 1 o individuo 2.
Las aspas de mi ventilador me dice sólo "darra, darra, darra.."

Escrito por La caminante a las 12:24 AM | Comentarios (3)

1 de Julio 2004

Los ángeles.

Hace tiempo que volví del Camino de Santiago, unas tres semanas. Pensé en el blog alguna vez mientras anduve; pensé en este refugio que dejé con la puerta entornada. Pero a la vuelta no me animaba a vover a él. Cosas de la cabeza.
Me ha hecho regresar un angel. Así vi yo a Sienna un par de veces o tres en el Camino, como un angel de piel oscura y sonrisa blanca que alguna vez aparecía bajando por un sendero, o se dibujaba en medio de la rabia del calor del asfalto de la carretera, o aparecía detras de la esquina de una casa de piedra abandonada, justo cuando David y yo , sobre un escalón, nos dejábamos desesperar solo un rato. No sé cual de los dos dijimos por primera vez: es un angel. En realidad tampoco sabemos a cuál de las dos se lo dijimos primero porque teníamos otro angel, Nines.
Recuerdo a Nines aparecer entre las viñas del Bierzo cuando nosotros estábamos como perros reventados en una cuneta a media tarde con la cabeza empapada en agua de una fuente no potable y los pies ardiendo. Inexplicablemente, una figurita andando y saludando con la mano a lo lejos transformaba el paisaje y los bocados del fuego de junio. Al rato, los tres reíamos en el patio de un lugareño mientras derramábamos mas agua sobre nuestras cabezas. Siempre aparecían así, en los peores momentos y siempre nos surtían el mismo efecto. Todo se mejoraba.
Estas dos mujeres caminaban solas y no eran iguales. Nines erá rápida aunque nunca tenía prisa. Administraba su ritmo entre su rapidez para caminar y su capacidad de detenerse. Sienna caminaba constante, apenas se paraba, pero su andar carecía de urgencias, cada paso era una leve parada.
Estos ritmos tan distintos confluían a veces con nuestra desorden y esas intersecciones suponían paréntesis maravillosos. Compartimos orujos, sombra de árboles, churrascos de ternera, risas, confidencias, albergues, queso con miel, camino...
Son angeles, estoy convencida. Ellas no lo saben, pero por eso no dejarán de serlo.
Volví a la normalidad, a este otro recorrido. No tenía más remedio que volver: y me encontré este otro tipo de desfallecimiento y otra clase de cunetas. Nadie se los ha llevado mientras no estuve, se han conservado. Y en eso estaba el otro día cuando abrí en correo, en esa pájara de lo diario, cuando desde una mensaje electrónico se agitaba una mano de ángel avisando su visita. Sienna viene a verme a Sevilla. Una vez más, aparece...

Escrito por La caminante a las 12:03 AM | Comentarios (4)