28 de Diciembre 2005

Real gana.

Hoy tengo ganas de hablar de ti, aunque casi nunca lo haga.
Hablar de por qué no me apetece estar lejos , aunque a veces me guste quedarme sola, comer de pie y dormir sentada, vestir de negro, sin maquillaje, y andar sin rumbo, escuchar la música inmóvil y mirar hacia el fondo de los cuadros. Hablar, por ejemplo, de la tarde que perdí el celo por mi mundo, de esa tarde que me dejaste sin palabras y de la noche que me dejaste sin labios.
Podría hablar del olor de mis sábanas cuando te has ido, de que en tus brazos creo recordar como fué flotar en un mundo amniótico, pero eso no le interesa a nadie. Repetimos pautas que existen desde siempre. Somos amantes dignos de la vulgaridad del amor que se reitera en el tiempo, sin que ningún artista lo reinvente ni le lleve más allá de la sinceridad básica de un par de muchachos en una aldea africana o dos naúfragos en la marea de cemento de cualquier ciudad.
Ni tu ni yo, mi amor, somos especiales. Ni tu ni yo, firmamos nada.
Sin embargo, tú pierdes mis mejores gafas de sol o inundas mi baño de toallas usadas, pero luego ríes con esos ojos, o me escuchas y me da la gana de ser rutinaria y básica, como una hoja que cae en otoño, sin más trascendencia. Y si hoy tengo antojo de hablar de ti, sé que no encontraré ninguna palabra exclusiva, que ninguna frase será nueva. No me importa. No tengo inconveniente en ser una minúscula parte de un plan infinito, mientras humea nuestro guiso en la cocina y me pides un analgésico.
Por eso, hoy me da la gana de hablar de ti y contarle a un mundo al que no le importa un comino lo que nos ocurra eso que nos está pasando...porque no es el amor lo que hay que conjugar en gerundio, sino la vida.
Barrimos de nuestras casas los futuribles cuando decidimos no tener miedo, o no atenderlo.
Ahora estás en el salón mientras escribo, respetando mis aislamientos, mi ropa negra, mi rostro desmaquillado, mi música y las perspectivas de los cuadros de mis paredes y por eso estoy pensando en ti , hablando de ti. Porque sabes dejarme a solas. Y porque me da la gana.

Escrito por La caminante a las 11:01 PM | Comentarios (10) | TrackBack

24 de Diciembre 2005

Estadíos

El ser humano nace ciéntifico.
Primero, mira.
Segundo, toca.
Tercero, saca conclusiones.
Y de momento, oye pero no escucha.
Luego, el Ser humano se vuelve absurdo.
Ve lo que imagina.
Imagina lo que toca.
Oye, escucha, pero no entiende...
Más tarde, el ser humano se vuelve curioso.
Intenta tocar lo que ve.
Procura oír lo que escucha.
Y suele cuestionar lo que ya sabe.
Luego el ser humano se vuelve razonable.
Sólo cree lo que toca.
Sólo toca lo que vé.
Y sólo escucha lo que oye.
Alguna vez, ese ser se vuelve sabio y ...
No cree lo que ve.
No toca si no vé.
Oye poco, pero escucha mucho.

Escrito por La caminante a las 3:16 AM | Comentarios (8) | TrackBack

12 de Diciembre 2005

El sofá del tiempo.

rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr…….A pesar de que suena música en el televisor, lo que oigo en primer plano, cuando me despierto es ese sonido tenue y monocorde. No es el ronroneo de la gata. Ella está también dormida en el sofá, como una ensaimada negra. Es la calefacción.
Me he dormido otra vez en el sofá y no tengo ni idea de qué hora es porque los únicos relojes que en mi casa no están parados son los del móvil y el ordenador que no están allí. Además tampoco me importa. Esas son las cosas que me gustan de estar sola en casa…Ya hace bastante tiempo que no me quedo sola en casa… rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr…
De fondo suena algo parecido a Iggy Pop, pero peor...Pestañeo y miro la pantalla: “ah, es Marylin Manson…o no, no tampoco es Marylin Manson”…cierro los parpados y entre las pestañas se difumina un siniestro que agita un micrófono…rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr….Ahora están haciendo una entrevista doblada, la voz de la presentadora me resulta conocida, y vuelvo abrir los ojos… “Eso si que es un buen cardado de pelo, si señor, ¿quién es esta? Se me olvidan los nombres propios. Forma parte del cuadro, eso y los trastornos del sueño. Dice la médica que pasará…rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr……..
Vuelvo a despertar, oigo otra entrevista. Todos hablan en español. Uno de ellos lo hace como un filósofo griego. Quizás debería irme a la cama, pero si lo hago no dormiré…
De nuevo abro los parpados y aparecen entre las pestañas siluetas con crestas y cadenas. Este programa debe ser muy antiguo, no por las crestas, ni por las cadenas, sino porque los invitados están fumando. Todos menos uno, que tampoco lleva cresta, el que habla como un filósofo griego….”Coño, si ese es Santiago Auserón…ya sé que programa es este…sí. ..era…Mi hermano me dijo una vez que Auserón estudió filosofía en la Sorbona…le tuvo que cundir mucho…Ahora habla un dibujante de comics italiano…nombra a Mariscal, a Cessepe….El Vibora…¿Cerró el Vibora?...Oí hace algo así como una año que lo cerraban porque ya no tenía suficientes lectores…Peti y yo decidimos volver a comprarlo, pero ya no sabía donde. ¿Dónde se puede comprar el Víbora…? ¿En el VIP?...Seguro que no..rrrrrrrrrrrrrrrrrrrr..Salomé, Anarcoma, Nazario…. ¿Murió Nazario?...No, el que murió fue Ocaña, vestido de sol, se incendió.
Lo oí una noche mientras estudiaba en mi cuarto escuchando el “Loco de la colina”, el Loco hacía el programa en mi misma calle, en República Argentina. Yo en mi habitación, un libro y un flexo, y unas manzanas más allá, Quintero lloraba a Ocaña. O quizás lo oí en “Pabellón de insomnios”..rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr….En la buhardilla están todo los comics, y leo a Robert Crumb, que bestia…la trampilla de suelo se abre y sube el perro que trae una rata muerta, antes de que me vaya para la ventana ya han echado al perro con su rata… Hay cuatro gosas en tu honor….me estoy durmiendo, creo que ya estoy soñando…Dos son por gemir, dos por songeir….Urrutia tenía frenillo….rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr….”aquí acaba un programa más de la Edad de Oro”..rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr…son del color de tu gopa integior y huelen a gosas como tú...rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr

Escrito por La caminante a las 12:31 PM | Comentarios (5) | TrackBack

6 de Diciembre 2005

El enfermo en la ventana.

Comíamos siempre en la cocina de mi madre, ella, mis hermanas y yo, además de alguna prima de vez en cuando. Durante un tiempo, hace algunos años, en el edificio de enfrente, podíamos ver a un joven que bebía café asomado a la ventana de su cuarto, vestido con pijama y batín . Tomaba café a las tres y media todos los días, una vez que hubiera terminado de comer. Nosotras le veíamos desde la cristalera de la cocina, día tras día, e intentábamos interpretar por qué estaba vestido así a esa hora. -"Se irá de juerga todas las noches"- decía mi hermana más joven. Mi prima creía que sencillamente era rico y no tenía que hacer nada por las mañanas. Yo opinaba que probablemente estudiaría de noche. -"Está enfermo y no puede salir a la calle. ¿No veis que tiene muy mala cara?"- decía mi madre.. Ciertamente el joven era pálido y habitualmente parecía sin afeitar, pero eso sería normal si por un motivo u otro llevaba una vida noctámbula.
Cada día, el muchacho tomaba su café ante la ventana y nosotras, desde nuestra cocina, le inventábamos una vida. Especulábamos sobre si tendría novia, si practicaría algún deporte, cuál sería su nombre, si sería feliz o no..
Mi madre insistía en afirmar que cada vez le observaba peor aspecto y que con toda seguridad era víctima de una temible enfermedad.
Un día dejamos de verle. Detrás de los cristales de su dormitorio divisamos los signos de una mudanza y nuestra imaginación continuó describiéndole un destino. -"Se ha casado"- decía mi hermana. -"Su familia se marcha al extranjero"-, -Se ha emancipado"-, decíamos las demás. -"Se ha muerto"-, determinaba, sin atisbo de duda, mi madre...
Algunas veces nos acordamos de aquel muchacho con su pijama y de algún día que nos devolvió la mirada de intriga, situación que produjo en nosotras un gran ataque de risa floja. De nuevo, nos volvemos a preguntar qué historia habría detrás de aquel hombre joven y pálido que tomaba, todos los días, café en su ventana. Nunca sabremos cuál sería su verdad ni que fabulación hubiera preferido.

Escrito por La caminante a las 12:36 AM | Comentarios (12) | TrackBack