30 de Agosto 2008

CON PERDON.

Si admitiera mi distorsión, tendría necesariamente que comprender la de cualquiera.
Si asumiera mi realidad, daría sentido a quién y qué me daña.
Entonces, aceptaría.
Recibiría al mundo sin tambalearme.
Dejaría de resignarme y empezaría a dar permiso
Si yo aceptara, sería sólo mía la última palabra,
y la próxima.

Pero es que no es mi vocación escriturar palabras.
No soy un girasol ni un notario.
Admito, pues, mi distorsión insurrecta.
Asumo que no dije todo lo que quise ni quise todo lo que dije.
Pero no sé si acepto.
Luego, vuelvo a empezar.


Escrito por La caminante a las 4:38 AM | Comentarios (1) | TrackBack

12 de Agosto 2008

Amor con amor..

En el bar del moro de Ciudad Aljarafe, la conversación con Carmen entró en especular cuándo y cómo recibiría una llamada, qué creía yo al respecto..
Y me oí decir “¿Sabes qué creo o mejor, en lo que creo? Creo en mis hermanas, en mi hija, en el bebé nuevo, en Richard y en Miguel.”
En ese momento tuve la certeza que no hay mejor lugar en el mundo para esa tarde de verano que de donde yo venía minutos atrás, del cobijo de un árbol donde mi hermana pequeña amamantaba a su hijo desnudo.
Creo en ese árbol y en esa sombra y en ese verano momentáneo en el que el amor es real.
No me quiero distraer. Quiero volver a la casa y ayudar a Meme a recoger los apuntes que se han caído a la piscina. Me apetece que mi hija invada con su frente, una vez más, mi cuello.
Ni en mis manos que pescan las hojas que se ablandan y emborronan, ni en la frente de mi hija, ni en el pezón de mi hermana, hay sitio para la neurosis y el egocentrismo. Ni ese pezón ni esa frente generan la lírica hueca en la que hay que suponer, ni yo dedico mis manos a hacer malabarismos.
Debajo del árbol, en la superficie de la piscina y en este cuello erizado, hay certidumbre.
Este amor es nítido. No exige cálculos.

Escrito por La caminante a las 3:53 AM | Comentarios (1) | TrackBack