25 de Julio 2008

Adiós, niña..

Le he comprado unos parches para las ampollas en la farmacia y en en la terraza de la esquina, no sentamos para que yo se los ponga en los piés. Le hizo daño unos zapatos que se compró. Le dije que llevara siempre yodo sobre las heridas, y ella me dice que lo hizo pero que se le vá enseguida con el agua de la piscina de la abuela, y yo lo digo que no se meta entonces tanto en la piscina y ella me dice ponte guapa porque ya van a llegar y entre mis amigos tú tienes fama de guapa y de friki porque juegas a estrategia en internet y entonces me echa el pelo sobre los hombros mientras yo desde la silla metalica en la terraza en la que nadie viene a ofrecerme café, encorvada y renegando de lo de friki, le curo uno de sus píes.
Se aproximan dos adolescentes morenos por la calle y mi hija respinga en su silla metálica de terraza. Besos, breves frases, recomendaciones y el cosquilleo coqueto de mi pelo sobre los mis hombros que ella misma dispuso.
Venga que perdeis el tren y la dejo alejarse detrás de un beso apresurado con sus dos amigos. La observo unos minutos y al cabo de unos metros los brazos de mi hija y de uno de ellos se entrelazan la cintura y la joía ya no cojea tanto.
Adios, niña...

Escrito por La caminante a las 4:48 AM | Comentarios (1) | TrackBack

5 de Julio 2008

Ni los locos son lo que eran

La lócura hacia atrás en la Historia, gana mucho. Los locos vivían libremente y asustaban a los demás. Era la gente normal las que se escondía de ellos.
En nuestra memoria común, los locos antiguos de la historia saltaban, reían y palmoteaban. Es "el loco",el arcano sin número del Tarot, el que avanza feliz aunque su pasado le muerda. Los locos señalaban lo imposible. Y atendiendo más allá de lo posible se incubó la religión, el arte y también la ciencia.
Ahora nuestros locos son otros, nuestros locos hacen cosas como matar o llorar mucho.
Ya apenas queda nadie interesado por los molinos de viento.
Se mide ahora la locura por tres efectos sobre los demás: miedo, fastidio o lástima. Y menos quizás el primero, todos los cuerdos hemos causado alguna vez alguna de los dos últimos.

Escrito por La caminante a las 4:04 AM | Comentarios (2) | TrackBack