12 de Enero 2007

Vida

Vida, te brindo la zalamería que tu diseñaste para mi,
Vida, te sonrío de reojo con el gesto que me designaste.
Vida, te pienso con todas las claves de las que me quisiste dotar.
Vida, te temo porque tu quieres que sepa defenderme.
Vida, te celebro tal como exiges.
Vida, te celebro todo lo que permites.

Escrito por La caminante a las 7:57 PM | Comentarios (4) | TrackBack

5 de Enero 2007

La inocencia que se pierde

Esos ojos que cada vez parecen más de mujer ya, tan pronto, son incrédulos. Pero en realidad así estrenan su auténtica credulidad, porque creen que saben.
Antes sabían creer. Los ojos de mi niña se detenían allí donde dirigía mi mano. Yo era el filtro absoluto de su realidad. Ahora, esos ojos que ya parecen de mujer, escrutan y desmienten mis fantasías, mis fábulas, esas ensoñaciones que a veces le he descrito como verdad. Por ejemplo, que existían los Reyes Magos o que las cosas, al final siempre salen bien.
La otra noche, alguien fue injustamente desagradable conmigo. Entre una gran reunión de personas, una me descubrió el lado menos fotogénico de su alma. Fue algo sin importancia, representativo pero intrascendente. Nadie tenía porque haberse dado cuenta. Yo misma creí que nadie lo había percibido hasta que el relámpago de una mirada ya de mujer centelleó por mi reojo. Un destello de indignación y de vigilancia envolvía con manos jóvenes y cálidas mis hombros de madre. La otra noche supe que ya jamás estaré sola.
Dicen que se parece más a su padre, pero muchos reconocen mi ironía, mi coquetería y mi atenta observación en esa mirada. Y me siento halagada, ¿Cómo no?, pero también me alarmo porque eso significa que está perdiendo la misma inocencia que yo perdí.
Esa niña tiene silueta y mirada de mujer pero la misma piel tierna y pulida del bebé que arrullé. Ese cuello que aún huele a galleta ya es adulto.

Escrito por La caminante a las 12:24 AM | Comentarios (6) | TrackBack