_Hola, Soy Mercedes-
Dije con toda la ternura de la que disponía en su oído.
Estaba agonizando. Atrapaba el aire con su boca abierta. Su pecho de movía violentamente cada tanto. Mi hermana sujetaba su mano.
"Quizás oiga" me habían dicho. Giró la cabeza levemente, pero hacia el lado contrario del que yo estaba. Busqué en sus ojos semicerrados y me pareció encontrar una mirada. Pero yo no sé nada de la muerte. No sé cómo alguien se muere. No sé si el que se muere mira u oye. No sé si piensa ni qué puede pensar. No sé si lucha o es la mecánica de la pertinaz biología la que hace que una boca abierta atrape el aire desde un cerebro dormido, una mente ausente.
Cuando subimos de la cafetería su hermana Esther nos dijo que ya no respiraba tan violentamente. Había mucha más ausencia en ese respiracion discreta que en la radical lucha por el aire de hacía unos minutos.
De pronto el pecho se queda quieto. Esther dice: "buscad a la enfermera". Yo empiezo a rezar: padre nuestro que estás en los cielos...
"Busca a la enfermera" repite Esther y yo digo en mi mente "y perdonanos nuestras deudas.." pero pierdo el hilo. Creo que mi hermana ya ha ido a buscarla. "Padre nuestro que estas en los cielos"... comienzo de nuevo.
No creo, pero cuando por primera vez veo a alguien morir, solo se me ocurre empezar a rezar un padrenuestro mientras pienso a la vez, "este es el antiguo, creo que ya no se reza así". Yo no creo, pero veo que alguien muere y rezo y pienso que rezo una oración que puede estar obsoleta, pero es todo lo que se me ocurre hacer allí, a los piés de esas cama. Mi madre llora y yo le digo"shhh, que no te oiga". Mis hermanas la acarician los hombros como si tuvieran que animar una parturienta en el esfuerzo. Esta rodeada por mi madre, mis hermanas y su hermana. Nunca tuvo hijos y tenía miedo de morir sola. Yo me quedo a los pies de la cama empezando por quinta vez un padrenuetro que nunca termino. Es la primera vez que veo morir a alguien. Solo deja de respirar, de luchar por atrapar el aire, no hay más. Sólo caricias en sus manos y besos en un rostro inmóvil. Por la ventana sigue entrando el mismo murmullo, la misma luz, el mismo aire que ya no le concierne al que se muere. La biología dice "ya", y eso es todo. Mis hermanas se retiran. Me aproximo y beso su mejilla que está aún tibia y desisto de empezar más padrenuestros.