2 de Enero 2008

El cromosoma surealista

Cinco y media de la mañana de la madrugada del uno de enero de 2008.
Mi hija adolescente y yo nos acurrucamos bajo varios kilos de mantas y las sábanas frías de una casa en el campo. La habitación está oscura y en el techo descubro que se refleja una intensa luz roja.
-María, ¿Que será esa luz del techo?
-Es el ratón de mi portátil, que lo he dejado encendido encima de la silla que está al otro lado del armario.
-Ah, creí por un momento que había venido Dios a vernos.
-¿Con una luz roja? No, a Dios no le pega eso.
-¿Por qué no? ¿Qué podría tener Dios en contra del color rojo?
-No, una luz roja le va mejor al otro..¿como se llama?. Este...
-¿Satanás? ¿Lucifer?
-No este otro, que no me acuerdo como se llama..el presidente del Sevilla..
-Juasssss, jajajajajajajaja....jajajajajaja...
Y así probablemente hasta la seis de la mañana, poque cuando dejamos de reirnos solo me dio tiempo a pensar que semejante huella genética estaba dejando yo al mundo, mientras escuchaba el ladrido de un perro a los lejos y también el canto de un gallo.
Y después me dormí.

Escrito por La caminante a las 2 de Enero 2008 a las 04:09 PM | TrackBack
Comentarios

Joder!!! es como un "corto" de Navidad!

Escrito por Stracy a las 3 de Enero 2008 a las 02:26 AM

Jajajaja, ¡qué bueno! Enhorabuena por ese legado genético que te dio que pensar, vale tanto como su madre.

Hacía mucho que no me daba una vuelta por la blogosfera (he tenido poco tiempo este año, la verdad). Un relato como este merece regresar.

Besos,

Scarlett

Escrito por Scarlett a las 8 de Enero 2008 a las 12:13 AM
Escribir un comentario









¿Recordar informacion personal?