29 de Diciembre 2007

DE NADA

De nada, no me desprenderé de nada. Ninguno de mis recuerdos ni sus huellas me sobran. Todos son yo. Los dejaré andar por mi casa y mis neuronas, y quizás incluso los acaricie alguna vez, aunque alguno me haga tropezar. En ese caso, daré alguna zancada torpe, y caeré siempre de pie, como me enseñaron los gatos.
De nada, a mi pie derecho no le encargaré de nada que no sea capaz el izquierdo. Ni a las llamas de mis velas, ni a los pozos del café... Me dedicaré a permitir su belleza caprichosa sin hacerles inquisición alguna. Dejaré en paz a los santos de las estampas, a las vírgenes barrocas de las iglesias, a los cristos sangrantes.
No importunaré ni al Emperador o la Sacerdotisa, ni al Caballo de Copas si lo que quiere es pasar de largo. Ni siquiera pienso involucrar al As de mi manga
De nada, no pienso renegar de nada antes que cante el gallo, ni de la noche más oscura ni de mi minuto más miserable, porque fue real, porque fue mío.
De nada, no quiero olvidarme de nada, de ninguno de mis errores, en los que tanto invertí.
De nada, de ninguna de mis torpezas, tan personales, pero que tan sólo yo sé cuánto de arriesgadas fueron, que valiosas en su ineficacia, que sinceras.
De nada, no tengo intención de invocar a la suerte, ni de equilibrar el karma, ni de expiar los pecados, ni de exorcizar a los espíritus.. Con todos ellos me puedo sentar a la mesa, o mejor en la barra de un bar. Y si se derrama el vino pediré otra copa. Y si se derrama la sal, simplemente barreré.
De nada, no me voy a lamentar de nada que no me haya matado. Ni de los cobardes ni de los impacientes, ni de los taimados ni de los ilusos. Para todos tengo un libro de firmas en cada gesto que provocaron, el que es ahora mi rostro.
Nada, de este presente no limaría nada, porque he llegado a él con unos ojos que no miran para otro lado, con una cara que no se vuelve, con una cabeza que no se agacha.
En este equipaje todo es útil o lo ha sido alguna vez.
En este barco no hay lastre, y celebro tener a mano un ancla por si fuera oportuno.
No me despido de nada y dejo la contabilidad para los calendarios.
No embaucaré a un año nuevo con propósitos, ni haré prestidigitación con mi memoria.
Puedo firmar cada uno de mis días, y sigo teniendo fondo.


(Me queda cumplir una promesa antes de terminar el año: recordarte que la frase que dijo el cura de la Macarena fue “En los planes de Dios, también está equivocarnos”)

Escrito por La caminante a las 29 de Diciembre 2007 a las 04:55 AM | TrackBack
Comentarios

Cada uno, con su memoria, hace jirones o hace retales; la puedes lanzar por la borda, como si fuera el último salvavidas en tu propio naufragio, o puedes usarla como el flotador de un niño chico, encorsetada a tu alrededor para no hundirte.

Y llevarla contigo, que sea tu memoria llavero, o dejarla correr calle abajo, hasta la alcantarilla, como un agua de lluvia sucia. Puedes acarrear con tu memoria como una losa o hacer un mosaico de ella, puedes confundirla, seccionarla, drogarla o convertirla en tu aliada; que tu memoria alimente tu vanidad y te susurre lo maravillosa que eras, eres, serás… lo maravilloso que yo no fui, no soy, ni seré…

Tú lo puedes todo. Pero yo también.

Escrito por Anonymous a las 31 de Diciembre 2007 a las 04:35 AM
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