9 de Diciembre 2007

ME GUSTAN LAS MUJERES

Últimamente, detrás de mis gozos y mis encontronazos con la vida hay un nombre de mujer, una voz de mujer, una piel de mujer. Ellas me están abrazando continuamente, acariciando el dorso de la mano, hablando al oído. Van y vienen, una tras otra y me hacen feliz. Aunque mis hormonas, esas tiranas cadenas de neuropeptidos que no quieren saber nada de mi voluntad, siguen brindando por su cuenta y riesgo por la heterosexualidad , se rompa la copa o no, el brillo de mis ojos tiene desde hace tiempo una firma femenina.
Me gusta mi madre, me gusta ahora todo lo que no me gustaba antes. Me gusta su calma, la que antes no tenía. Me gusta ese “fuerte” en que convierte su casa y su existencia. Me gusta la distancia que toma para ver, me gusta la lucidez de su presbicia.
Me gusta mi hija, atolondrada y absurda, pero capaz de hacer un pucherito mientras se pinta los ojos. Capaz de un reojo implacable, y de una sonrisa burlona en el peor de los momentos. Me gusta su seriedad y su ansia, y sobre todo su apego a todo lo que es verdadero.
Me gustan mis hermanas, aristócratas y distantes. Me gusta esa Meme, matriarcal y sólida. Me gusta Ía, mi hermana pequeña, que prefiere escuchar a hablar. Me gusta la elegancia de su escepticismo.
Me gusta Ana, cálida, profunda, leve, sabia y bella. Me gusta esa esperanza impenitente. Esa voz tan fértil…
Me gusta Machela, cándida y madura. Me gusta su generosidad limpia. Su mezcla prodigiosa entre la rectitud y la flexiblidad. Me gusta su exquisitez.
Me gusta Carmen, valiente y feroz. Me gusta su lógica terrena. Sus pies apretando siempre la Tierra.
Me gusta Silvia, exuberante de cuerpo y alma. Me gusta ese cerebro que comprende sin condiciones, esa piel que vive sin condiciones..
Me gusta la Sophíe suicida que atrapa la vida entre sus manos como si fuera agua, que canta “Rien de rien” en las barras de los bares portando una bolsa de Ikea, y luego no tiene inconveniente es vivir a solas consigo.
Me gusta Candela, navegando en sus propias tempestades. La Candela que se reinventa mientras regala el privilegio de su belleza y su calor. La Candela que aún busca su nombre.
Me gusta Macarena, la naufraga. Macarena fecunda y desordenada. Me gusta la corredora de fondo que quiere ser velocista. Y sobre todo me gusta la escritora coloquial, la literata de las frases que se dicen en las cafeterías.
Me gusta mi jefa, Araceli, porque su mente es un reto cotidiano para mí. Me gusta su velocidad y su tendencia a festejar lo inteligente. Me gusta sobre todo, su tendencia al festejo.
Me gusta mi compañera Nieves, con esa sensatez tan incómoda para algunos y tan apetecible para mi. Me gusta su coherencia sin concesiones.
La biología, la moral, la sociedad podrán tener sus dictados, sus consignas, sus designios…. Vale, pero a mí , estas mujeres me gustan.



Escrito por La caminante a las 9 de Diciembre 2007 a las 06:28 PM | TrackBack
Comentarios

Los malditos, eso sí es una cofradía... gracias por el clip ilustrativo...

Escrito por Hostes a las 10 de Diciembre 2007 a las 01:18 PM

Guau, desritas así a cualquiera también les gustan. A mi me gusta la vida

Escrito por turin a las 15 de Diciembre 2007 a las 02:07 PM
Escribir un comentario









¿Recordar informacion personal?