Estoy de baja y puedo ver algo de televisión. Anoche en Documentos TV emitían un reportaje sobre la adicción al cibersexo. El documental ponía algunos casos extremos como ejemplo. (Poner los extremos como ejemplo de algo es un vicio muy común para describir la realidad, y así estamos de enterados
).
Como casi siempre, el reportaje trataba el fenómeno de internet de una manera efectista y suspicaz. Que antiguos
A medida que los protagonista describían su proceso de ciberdestrucción , me pareció advertir que el fundamento de su degradación no era ni internet ni por supuesto el sexo, sino la soledad y la desorientación. Me pareció que si internet no existiera y esas personas sí, habría más clientela en los bingos, en las cabinas de las sex shops o en los supermercados de 24 horas.
Una mujer apuntalaba mi tesis con su testimonio. Le parecía fabuloso que alguien de un chat de sexo le hubiera enviado un ramo de flores, algo que nunca hizo su ex marido.
Cuántas palabras soeces habría tenido que escribir, cuando centímetros de pene se había tenido que creer, cuantas masturbaciones tristes había tenido que contemplar para conseguir un cándido ramo de flores, el mismo que nunca consiguió durante algunos años de matrimonio. A partir de ahí se pierde el punto de retorno, cuando se instala en el cerebro el mecanismo de compensación que es denominador común en todas las adicciones, químicas o no.
Los seres humanos parecemos tener una cuenta siempre pendiente con el cariño y cada cual la salda como puede.
Me llama la atención la poderosísima importancia que en las últimas décadas se le otorga al sexo. Para algunos es remedio de todos los males, para otros la causa de todos los inconvenientes. Cuando la moral ya poco puede hacer contra el sexo lo hace la histeria.
A veces escucho a mujeres y a hombres, aparentemente dependientes, que se enganchan a tal o cual pareja que les manipula, que sólo buscan el contacto físico pero sin dar nada a cambio.
Y yo pestañeo y muevo un poco la cabeza. Algún dato se nos ha torcido en el análisis.
Me parece que lo de físico sobra, pongamos sólo contacto. Creo que esos manipuladores buscan atención. Esos que no cogen el teléfono o no llaman, quieren en el fondo que suene el teléfono para no cogerlo o sentir como pasan las horas sabiendo que alguien espera su llamada. Han interactuado con la realidad para situarse en una posición de importancia, cosa mucho más difícil de conseguir que unos cuantos polvos, (no seamos mojigatos
) Entonces, es posible que en el cerebro, la dopamina haga de las suyas, y lo malo es que después de eso, el cerebro suele pedir más. También ellos son dependientes, lo son de las dependencias que causan a los demás.
Cualquier niño, de cualquier cultura, prefiere se castigado, incluso físicamente, a ser ignorado. Prefieren un tortazo a ser desatendidos por sus padres o cuidadores. Eso dicen los expertos en psicología evolutiva. Detrás de un niño travieso puede haber un niño pidiendo atención. Dentro de un adulto manipulador u obsesivamente dependiente puede haber un niño saldando cuentas a su manera.
Es un problema de difícil solución pero la tiene. La tiene con el requisito indispensable de llamar al problema por su nombre.
¿Por qué le llaman sexo cuando quieren decir
..?
Dicen sexo cuando quieren decir el intento de llenar la soledad...
Escrito por martika a las 28 de Septiembre 2005 a las 02:31 PMAjá, La Caminante ha vuelto por fin.
De todo el artículo, sobre el cuál no veo más que añadir, me quedo con lo que has dicho sobre la facilidad con que se generalizan los extremos.
Yo también estoy de baja, pero ni así veo la televisión. Aunque no es siguiendo esa corriente actual de "Todo lo que ponen es basura", sino que cualquier cosa que no requiera un poco de actividad por mi parte me aburre.
Por lo que más quieras, no vuelvas a irte. Deja septiembre para los cantautores. Y las frases lapidarias para citas en el messenger.
Escrito por Wally Week a las 28 de Septiembre 2005 a las 03:26 PMUltrasoledad? desespero? miedo a envejecer?
Cualquier cosa.
Odio que se vitupere Internet, hay cosas buenas tambien, por qué nadie las dice? quizá porque esto es lo que vende? el escandalo los ¡oh!
Sabes Mercedes, a no ser por internet mi "mal" se hubiese visto multiplicado. Yo sólo sé que cuando abría este cacharro ni siquiera vomitaba y hasta me sentía algo mejor de salud, y no hablo ahora de sexo, hablo de entretenimiento, charla, compañía, amistad, evasión, risas, ilusiones, esperanzas, distintas perpesctivas...
Un abrazo Mercedes, espero que estés bien, lo digo por la baja.
Besos
Cuidate mucho :)
El programa ese es siempre muy decepcionante...
Ahora que has vuelto aprovecho para hacerte una pregunta como "Caminante" ¿¿Que tal hacer el Camino, en dirección contraria, desde Santiago...??
Yo sobre la tv no puedo opinar, porque no tengo. Tuve el canal satélite cuando se pirateaba y después oportunamente se rompió el televisor de mi madre, y allá que fue el mío...
La importancia del sexo no es cosa de las últimas décadas, sino de los últimos (más o menos) trescientos años. Léase la "Historia de la sexualidad" de Michel Foucault, sobre todo el primer libro, "La voluntad de saber". No es ajena esa relevancia a otras tendencias, como es la del culto al cuerpo, a la salud como valor supremo por encima incluso de la felicidad y por supuesto de cualquier valor espiritual, etc. y la adicción al sexo no es ajena a otras adicciones, como la adicción al cuidado del cuerpo, a la comida, a la delgadez, etc. En fin, no me alargo, porque es un tema complejísimo y Foucault lo explica mucho mejor que yo
Soledad, terrible palabra cuando tiraniza la existencia, mi madre decía que daría cualquier cosa por estar sola y ahora que casi lo consigue creo que se arrepiente.
Saluditos
Escrito por white a las 29 de Septiembre 2005 a las 07:46 PMMe ha encantado tu analisis... hasta me ha ayudado a comprender algunas cosas.
Gracias. :o)
Me ha gustado mucho el post, como ya sabias que me gustaria.
Quizas mas de uno deberia aprender alguna que otra leccion de este testo, como que veamos el poder real de nosotros mismos, como en el caso en el que nuestra dependencia es la depedencia de otros, y que sin ella estan perdidos, quizas es una llave para otro enfoque, para como tu dices un pensamiento a la inversa.
Todo esto me trae ahora una de mis teorias de esas de las que se me ocurren porque si, sobre la edad adulta y el ser niño, los niños sin limitaciones, sin comprender el mundo pero con habilidad para cambiarlo, los niños que cada vez viven menos como niños porque antes empiezan a querer ser adultos, y los adultos que no quieren ser y viven como niños, sin frenos, sin importa nada.
En esta nueva sociedad de la persona que necesita ser saciada ante todo no se acaba destruyendo porque ese propio deseo esta tan en todos, que un impulso frena al otro, curioso.
Besos, y no paras de postar que esque ademas nos gusta
Escrito por mICrO a las 30 de Septiembre 2005 a las 07:49 AMNo se si tú análisis es correcto o no, pero demuestras que razonas las cosas y que no te quedas en la simple impresión.
Saludos a todos,
y Caminante... sigue a si ;)
Escrito por F a las 1 de Octubre 2005 a las 09:30 AM donde la visión de los demás se que da anclada, allí comienza la tuya. ves más allá de lo visible y sientes más allá del sentimiento. por eso es que me gustas tanto. tu sentir es puro y tus ganas de comprender el mundo se contagian...
gracias por ser.
mil abrazos y un beso.
Escrito por ecce homo a las 2 de Octubre 2005 a las 12:32 PMSentirse solo en medio de tanta gente. Quizá sólo se encuentren dos almas solitarias que necesitan ser escuchadas, y disfracen esa "debilidad" con sexo.
Te sigo leyendo ;) Un beso!
Escrito por cris a las 2 de Octubre 2005 a las 08:20 PMLa soledad tiene mil disfraces...ese es sólo uno más..
Buen post.
Un beso :)