Aquel edificio antiguo asemejaba a un mercado. Alguien nos guíaba por sus pasillos, a los que alcanzaba el sol desde las calles. En uno de ellos, unos niños se revolcaban en un charco oscuro. El guía nos dijo: "este es el agua en la que se bañan los ángeles". Los niños del charco tenían un rostro extraño, casi deforme. Una mujer como ellos, acudió al charco. pero nosotros seguimos de largo.
Al salir del mercado, una mujer-angel, estaba parada al sol. Era delgada y vieja, y sus ojos desiguales. Le miré a la cara buscando su mirada y le dije o pensé: "¿Y yo, qué puedo hacer?". Entonces ella se acercó a mí y rodeó mi cintura en un abrazo extraño que transmitía una amor caliente y contundente. Decidí abandonar a cada músculo de mi cuerpo. Me dejé caer, y cuando mi cuerpo se desmoronaba dentro de su abrazo, ella y yo comenzamos a elevarnos sobre el suelo.
Por encima de la gente y de las cosas, yo era como un trapo caído sobre el brazo de ella. Oí su pensamiento: "Qué fácil es hacerla volar".
Casi a la vez yo me decía: "Entoces, en la realidad puedo flotar, tal como suelo soñarlo"
Que bonito...
Escrito por H. a las 14 de Septiembre 2006 a las 07:52 AM(habría que escribir un blog de sueño)
Escrito por P. a las 14 de Septiembre 2006 a las 05:28 PM