De todas mis raices y circunstancias, hay un importante venero trianero, de la categoría "corralera". De mis formatos, no creo que haya nadie que pueda tener quejas objetivas, pero en la intimidad, estas cosas se desmandan.
Aún siendo mi niña correcta y discreta, durante su corta vida ha tenido que encajar mis arrebatos trianeros cuando encandilada por sus encantos sucesivos y evolutivos, le he proclamado al amparo de mis paredes más de una vez, con mis cuerdas vocales a su máximo rendimiento: "¡¡¡¡¡Un día de esto te voy a comer tu toto!!!!!!!
Desde hace más de tres años, vengo criando una gatita negra como un regaliz, con la cara como un dibujito, con ojo amarillos y descarados, sutil y zalamera, que se tensa como un signo de interrogación negro que anda por mis muebles cuando le proclamo desmelenada como una Mangnani cualquiera que: " Que te voy a comer ese toto de gata que tienes"
Mi pareja tiene una yorkshire color canela, desatrosa y simpática, efusiva y sinverguenza, que va haciendo acrobacias a mis pies mientras camino por mi pasillo , me doblo de risa y voy exclamando " Ay! ¡que te voy a comer ese toto!"
Ya por último, el otro día, la niña me cuenta un chascarrillo, achina los ojitos para sonreir y me da un abrazo, la gata viene y me frota la oreja en el tobillo y me mira de reojo, la perrita aparece detrás de un quicio haciendo monerías, y yo desemboco en el salón haciendo la siguiente proclama: "Mira,me voy a liar a a comer totos y me voy a quedar sola.."
Luis se va hacia la ventana del salón aterrado y empieza a cerrarlas mientras dice sobrecogido: "Mercedes, por Dios, las vecinas..."
Me has hecho reír, muchas gracias. Mi vena "gadita" no me lleva a esas expresividades, pero me coloca ideas inconvenientes en la mente ante cualquier situación... a no ser que esté en Cádiz, donde casi todo el mundo entendería ese humor entre picante y siniestro, con un poquito de mala leche. Muchas veces tengo que callar y, a veces, se me nota que algo pasó por mi cabeza. Me preguntan. Digo: "no, mejor déjalo, no es nada"... Quien alguna vez me escuchó agradece mi silencio, tanto más cuanto más formal es la situación.
Escrito por Profesor Portillo a las 17 de Junio 2006 a las 04:20 PMQué casualidad: yo tengo una gata y un yorkshire de apenas dos kilos. Y es éste el que se quiere comer el toto de la gata cada vez que le invade el celo (a la gata).
Me ha encantado.
Escrito por david a las 18 de Junio 2006 a las 11:08 AM¡Anda y que le den morcilla a las vecinas!
Yo estoy todo el día diciendo a mi gata "a ver ese culete rosa" y memeces del estilo. Y a las periquitas las llamos culos blancos. Tan feliz, oye.
Besos. C.
Escrito por Calamity a las 20 de Junio 2006 a las 12:18 AMDi que si, descapótate a comer totos y que se mueran los feos :)
Escrito por mOe:) a las 20 de Junio 2006 a las 03:08 PMMercedes, a veces llamo a mi hijo por el precioso apelativo de "ano". Él, acostumbrado a eso y a mucho más, me contesta con toda naturalidad.
Saludos para Luís.